Sanchonar surgió en 2010 en Sanchonuño. Aunque ha tenido que sortear la crisis, hoy sus propietarios, el veterinario Santiago Rodrigo y su esposa Elena Herrero, miran con optimismo al futuro. Su apuesta por la calidad y por lo ecológico les está dando sus frutos, aunque tengan que trabajar muchos años y producir mucho para poder recuperar la inversión realizada. Al menos su hija Elvira Rodrigo Herrero se ha incorporado a la empresa por lo que la continuidad familiar en el proyecto está asegurada.
El presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, ha querido conocer de primera mano este proyecto empresarial plenamente implantado en el medio rural. En su recorrido por las instalaciones, estuvo acompañada, además de por Santiago Rodrigo, por el alcalde de Sanchonuño, Carlos Fuentes. Sanchonar cuenta ya con nueve trabajadores y alcanzó el año pasado una facturación de unos 500.000 euros. Además de su matadero en Sanchonuño, dispone de seis granjas (una junto a Pinoccio en Sanchonuño, otra en la carretera de Arroyo, Gomezserracín, Hontalbilla y dos en Fuentepelayo) con un censo aproximado de unos 11.1500 pollos. Todas ellas son ecológicas, menos la de Gomezserracín.
La empresa sacrifica entre 500-600 pollos semanales para afrontar parte de la demanda que tiene, lo que le obliga a comprar también pollo ecológico certificado. Como su producto es de mucha calidad, entre sus clientes destacan las tiendas especializadas y los restaurantes de alta gama, si bien se han introducido con acierto en supermercados ecológicos de diversas zonas de España.
En sus inicios se dedicaba a criar capones y pollos de corral, pero hartos de regalar a familiares y amigos aquellos animales que presentaban algún defecto y no podían salir al mercado, empezaron a despiezar y a vender distintas partes. Cuando la producción se incrementó hasta los 200 pollos semanales, hubo que buscar nuevas salidas. Así, la parte más noble, el contramuslo, empezó a utilizarse para fabricar salchichas, hamburguesas, carne picada o pincho moruno, productos que siguen en su amplio muestrario.
Así, en la actualidad producen pollos, pulardas y capones, más todos sus despieces; hamburguesas, pollo, pinchos morunos y carne picada ecológicos; caldo de gallina en botella de cristal; escabeche de gallo de corral y pato asado al estilo del Carracillo; jamón cocido, pollo braseado, salchichas cocidas tipo frankfourt o paté de higado de pollo ecológico.
La apuesta por estos últimos productos surgió tras una visita a Alemania. "Vimos que en cualquier tienda había arroz o harina ecológicos, y nos decidimos por fabricar productos con una materia prima de calidad, como es el pollo", comenta Santiago Rodrigo.
Sus instalaciones de Sanchonuño no dejan de ser como una carnicería o una pollería. Allí se mata, y luego se despieza y se trata del producto. Eso sí, están especializados con dos comunidades con cierta importancia en nuestro país como es la judía y la musulmana, que exigen determinadas condiciones en el sacrificio de los animales.
La clave del éxito de Sanchonar está en la calidad de las razas que maneja, la buena alimentación, el bienestar de los animales y su edad. "Tenemos un inconveniente, que somos una empresa pequeña, pero eso nos da también una importante ventaja, que somos muy flexibles", concluye Santiago Rodrigo.